El montaje del Principito acerca al grupo a un miembro fundamental para la
creación de sus trabajos más importantes, esa persona es un nuevo Antonio
Martínez “Tony” quien, dentro de esas cosas mágicas que tiene el teatro, se llama
igual que su primer director fundador pero no es el mismo. Tony se ofrece como
músico y Basilio lo recibe como compositor y director musical para crear juntos el
primer montaje de Skena de factura total y completamente propia: “La Noche”. Un
trabajo lúdico donde había música en vivo y el público intervenía jugando desde
sus butacas con los actores durante buena parte del espectáculo. Este trabajo
ganó el 1er. Festival de teatro estudiantil Porte Acero del Ateneo de Caracas. A
partir de aquí se inicia una etapa de creación entre Tony y Basilio, realizando
obras como “Marcelino 200”, “Hechizo” y una versión juvenil de “Sueño de una
noche de Verano” de Shakespeare.